Iniciativa Afectados Volcán grupo

El pasado 19 de septiembre de 2021, a las 15:12 horas (hora canaria) comenzó la erupción volcánica en la zona de Montaña Rajada, Isla de La Palma, España, tras más de 20 mil terremotos en el plazo de seis días. Con dos fisuras eruptivas, más de una decena de bocas eruptivas y 11 coladas de lava, dejaban como resultado más de 1218,87 hectáreas de superficie arrasada con un perímetro de 69 kilómetros cuadrados de destrucción.

Más de 7.000 vecinos de los términos municipales de El Paso, Tazacorte y Los Llanos de Aridane se han visto obligados a abandonar sus viviendas, más de 1.676 viviendas, colegios, empresas, farmacias y centros de salud y gasolineras han desaparecido bajo el volcán. El barrio de Todoque y su iglesia, ya solo permanecen en la memoria. Más de 33.000 vecinos han sido confinados en diferentes ocasiones por la calidad del aire y dos episodios de lluvia ácida han afectado la zona.  

Con más de 73,800 kilómetros de carreteras, infraestructuras, conexiones de agua, luz y teléfono, la grave afectación a la producción de plátanos del Valle en las zonas más productivas de Canarias que en su conjunto ha perdido más de 370 hectáreas de plátanos, aguacates y viña comprometen el futuro económico de la Isla y sus habitantes.

Más de 300 empresas afectadas, 400 desempleados directos por la catástrofe, más de 1.000 empleados acogidos a ERTEs la crisis ha generado pérdidas directas cercanas a los 950 millones de euros con una afectación directa de 300 millones en el PIB de la Isla lo que compromete la calidad de vida de los ciudadanos, el futuro digno y la pérdida de población tanto en los municipios del Valle de Aridane como en la población total de la Isla.

La salud mental de la población en general, pero con una especial incidencia entre los afectados, se ha disparado por la catástrofe del volcán. La depresión, ansiedad y estrés, así como el trastorno de estrés agudo y el trastorno por estrés post traumático están destrozando a la población que vivido con ansiedad la erupción, pero que se enfrentan además a un futuro incierto en cuanto al hábitat y la vivienda, y el mínimo vital para ganarse la vida y no verse forzado a migrar a otras islas o territorios.